Dormirse
abrazando la almohada, una patética simulación de ti, dormirse pensando que
estoy recostado en tu regazo rodeado por tus brazos. Mientras el
calor de tu cuerpo y el sonido de tu respiración me arrullan; y luego,
nada un momento perdido en el tiempo y mis sueños que culmina cuando poco a
poco se abren mis ojos somnolientos y me doy cuenta de que solo fue una ilusión,
nacido del deseo más sincero de mi ser una sensación de felicidad
infinita evocados por tu compañía, que se disipan por las lágrimas que me
indican que jamás pasara... Los sueños
son el lugar donde somos felices dados el uno para el otro, sueños donde
nuestro amor es realidad sueños que son la epifanía de mi felicidad y la contradicción
de la realidad.
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